viernes, 9 de agosto de 2013

生誕100周年・没後30周年記念 中原淳一の生きた戦中・戦後~少女像にこめた夢と憧れ~


 No sé cual sería una buena descripción corta para Nakahara Junichi, gran ilustrador, diseñador de modas, creador de muñecas, un artista relacionado con muchas cosas de la corriente que ahora se llama "kawaii" pero con un estilo muy francés, diría yo.

 Este 2013 se cumplen 100 años de su nacimiento y, para celebrarlo, ha habido varias exposiciones de su obra con diferentes puntos de vista. En Showa kan, este museo que se dedica a dar a conocer la vida de la gente comun en el periodo previo a la guerra, así como durante e inmediatamente despues del final de este conflicto, se retomó su obra enfocándose en lo que produjo durante la guerra y al final de esta así como su propia experiencia en este hecho histórico. Los artistas japoneses, por más famosos y alejados que estuvieran del mundo de la polìtica o la guerra fueron también obligados a participar de muchas maneras en el conflicto. Unos poniendo sus dones artísticos al servicio de los intereses imperiales (de lo cual hablaré en la entrada del museo nacional de Arte Moderno) y otros a trabajar en el campo de batalla o en las bases como a cualquier otra persona. Jun'ichi Nakahara trabajo un poco en ambos aspectos.

La exposicion era muy pequeñita, apenas una sala dividida en dos o 3 espacios con los diseños de ropa, papelería y revistas producidas por Jun'ichi. Vale la pena mencionar que él ilustró algunos libros de Yasunari Kawabata y muchos otros escritores famosos.

Regresando al tema de la guerra y Jun'ichi, conforme fue acercándose la guerra a su momento más álgido sus productos tambien empezaron a sufrir cambios. Nakahara había inaugurado una tienda en Ginza en el año de 1939, ahí vendía todos sus productos: ropa, papeleria, revistas etc. Desgraciadamente su tienda terminó quemada en uno de los bombardeos a Tokio. En la mayoría de sus ilustraciones se representaban a chicas jovenes trabajando, cosiendo, haciendo labores del hogar, además se daban muchos tips y consejos para ahorrar tiempo, dinero y esfuerzo a la hora de lavar la ropa, coserla, que nada, ni un grano de arroz se desperdiciara, especialmente en estos momentos de guerra.
A pesar de que sus publicaciones eran un oasis para las mujeres japonesas durante la guerra y que eran de mucha utilidad, tuvo que suspender la publicacion de "shojo no tomo" por la censura del gobierno que le exigía que en lugar de muchachas en kimonos de muchos colores hubiera mujeres vestidas en pantalones "monpe" de colores militares, para que sintieran que tenían que apoyar al pais. 
Nakahara ignoró varias veces las llamadas de atencion del gobierno porque recibía muchas cartas de sus lectores en las que le pedian que ya que todo estaba tan mal querian al menos ver algo bonito de vez en cuando. Sin embargo, se vio tan presionado por el gobierno y le remordió tanto la conciencia que algunos de sus amigos jovenes hubieran muerto en la guerra que decidió que era mejor dejar de publicar por un tiempo.

Su revista no debe ser vista como una superficial publicacion de modas y vestidos, era tambien una válvula de escape para hombres y mujeres que tenían que enfrentarse y vivir de diferentes maneras la guerra.

A principios de 1945 fue llamado a ayudar en la guerra en una base de la marina. Ahí se dio cuenta de que todas las que trabajaban en puestos bajos eran mujeres y volvió a sentir la necesidad de hacer algo por ella y por los hombres en el campo de batalla también.


Productos de consolación.
Durante la guerra se vendieron muchos productos que servian para tratar de disminuir un poco el dolor de los soldados. Estos fueron llamados "productos de consolación" Las mujeres mandaban postales o separaadores con imagenes bonitas a sus familiares, otras eran enviadas por las mismas fábricas como apoyo moral. Lo que ahora conocemos como "kawaii" también jugó un papel importante en la guerra. Eso es algo que no me hubiera imaginado.

Con el fin de la guerra, en agosto de 1945, Nakahara pudo volver a iniciar la publicación de su revista y volver a poner sus tiendas y su empresa Himawari. Además, empieza a publicar la revista Soleil (soreiyu, en japonés) con el animo de regresarle a las mujeres los sueños que habian perdido en la guerra.

A pesar de ser una exposición muy pequeña con relativamente pocas piezas y muchas de ellas que ya han sido presentadas en otras ocasiones, es muy conmovedora. Esta vez se toca también la vida privada de Jun'ichi y cómo vivió la guerra, sus conflictos y cómo a pesar de vivir en un mundo de cosas bonitas, las presiones de la guerra lo siguieron atormentando. Su voluntad y todo lo que aportó como apoyo moral para la gente en la guerra es de admirarse y me alegró mucho poder conocerla. Felices 100 años Jun'ichi. 


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