domingo, 25 de agosto de 2013

Cupnoodles Museum, Yokohama



 Aprovechando que hoy 25 de agosto es el día del ramen instantáneo porque un día como hoy de 1958, salió a la venta el primero de estos productos llamado Chicken Ramen チッキンラーメン, voy a hablar de mi visita al museo del ramen en vasito en Yokohama (hay otro en Osaka). Momofuku Ando, el creador del ramen instantáneo tenía ya 48 años cuando inventó este famosísimo producto. Después de haber vivido en carne propia las dificultades de la guerra y de ver cómo aún después del fin de la guerra faltaban los alimentos, empezó a inspirarse para crear algún tipo de comida barata, que durara mucho tiempo, que fuera simple de preparar y que se pudiera disfrutar caliente. Tras muchos intentos en su pequeña casita en Osaka dio con la idea de su vida. Los fideos fritos y con el consomé en polvo podían volver a su estado "original" y crear una sopa si se les echaba agua hirviendo. 

 
 Aunque fue una gran idea, no tuvo desde sus inicios el éxito arrasador con el que cuenta ahora. Fue hasta casi 14 años después de su salida a la venta que este producto se volvió súper popular en todo Japón. Y es muy curiosa la razón, no fue la gran publicidad de las empresas de ramen instantáneo, ni una falta en los alimentos en Japón, no, el origen de la mega popularidad de las sopas instantáneas fue una toma de una cabaña con rehenes y su transmisión en vivo por la televisión. No hablaré mucho del tema porque sería larguísimo, pero en una toma de rehenes la policía tuvo que esperar días en Asama-san sou あさま山荘 y lo que aparecía en las cámaras es que comían sopas instantáneas. Todos los japoneses que estaban al pendiente de las noticias lo vieron y así se volvieron más famosas. 

 Otras empresas como Maruchan, le robaron la idea aunque estaba patentada, y Momofuku Ando acabó en miles de juicios hasta que decidió que en lugar de dividir la industria de las sopas y productos instantáneos tenía que ceder un poco para lograr un éxito mayor. Y así fue, estuvo en lo correcto, por eso en este museo se pueden ver todas las marcas de estas sopas y nos podemos sorprender de la enorme cantidad de sabores, colores y marcas existentes. 


 Por esta razón, el museo, más que ser algo exclusivo para presentar la historia del ramen instantáneo es también un homenaje a toda la gente con ingenio que crea cosas con ideas muy simples y sin grandes inversiones, así como una ventana a la historia del Japón de los años inmediatos al fin de la guerra. 


  Actualmente estos tipos de sopa son muy populares, no sólo en Japón, sino en todo el mundo. La sala en la que se presentan los empaques de todas las variedades de este producto en todo el mundo lo demuestra. Aquí arriba se pueden ver las versiones mexicanas de las sopas instantáneas. Cabe mencionar que el museo no sólo presenta los productos de su marca. 


 Este museo ha sido de las visitas más inspiradoras que he hecho en los meses recientes. Aunque suene un poco cursi, descubrir cómo se inventó este producto y todas las dificultades, alegrías, etc. por las que pasó Ando es muy interesante. 

 
 Además es un museo bastante interactivo, donde las cosas se mueven o tienen secretos escondidos y en el cual podemos tomar fotos de todo.



  Y, por supuesto, no podía faltar lo mejor de todo, podemos presenciar y ser parte del proceso de producción de la sopa instantánea creando nuestro propio vasito decorado y experimentando con sabores. Por 300 yenes más puedes disfrutar de toda esta experiencia, aunque hay mucha gente y a veces es un relajo, vale muchísimo la pena formarse y hacer la sopita.



 El proceso se divide en 3 partes: 1. Comprar el vaso 2. Decorarlo 3. El relleno.


 El vaso se compra en una maquina expendedora e inmediatamente después una chica le pone una tapa para que no se ensucie. Luego se procede a lavarse las manos para la decoración. 






  Ya que el vasito está decorado a tu gusto pasas al relleno donde vas a ver cómo se mete el ramen frito en los vasos y eliges el relleno, también a tu gusto.


  Uno mismo mete el ramen dándole vueltas a la palanquita :D


  Y viene lo bueno, ¡A elegir el sabor!





 Ya que está listo le ponen la tapa y lo plastifican al vacio. Luego te dan una bolsita inflable para que te puedas llevar tu ramen sin que se rompa porque el vaso es de unicel. 


  Si vas muy hambriento en el piso de arriba puedes probar algunos tipos de ramen instantáneo del mundo, tristemente no había de México. Además no se nos antojaba demasiado comer ramen así que solo vimos y tomamos fotos. 






  Como mencioné arriba, el museo no es sólo de sopas, sino de muchas otras ideas ingeniosas como ilusiones ópticas o diseños muy interesantes.








 Me encantó este bosque de luz hecho con arbolitos pequeñitos que en las sombras se veían inmensos. 


 También hay otros datos interesantes como qué tantas sopas instantáneas se comen en el mundo. Aquí algunos datos del continente americano. En México son bastante tragoncitos por lo visto. 









 Y al final nos despide un gran ramen con el pollito Chikiras que es la mascotita oficial. Si vienen a Japón no pierdan la oportunidad de visitarlo es divertidísimo y muy interesante. 


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